Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda

jueves, 15 de marzo de 2012

CÓMO SE HACE UNA CAMISA DONDE GUSTAVO


Hace un año tuve que ir a arreglar un par de sudaderas, de esas que tanto odia el reconocido columnista Antonio Caballero, y me encontré con un Gustavo un personaje nacido en Valledupar y su profesión es ser costurero cristiano, como orgullosamente se hace llamar él.

En un local del centro comercial la Isla antiguo San Andresito, trabaja Gustavo junto a su padre que comparte el nombre que él, ex cantante de orquestas como el mismo me lo confesó, y donde llegó a aprender a coser por casualidad, me encontré con un personaje que al comienzo creí que era homo sexual, pero al entablar la primer conversación, encontré un personaje que era carismático y tenía una familia conformada por él su esposa y la hija. Le pregunté, Gustavo de dónde nació su destreza cosiendo.
Me respondió: Hombre Mario, eso fue estando con un amigo que yo me ubicaba en frente de él así como tú estás ahorita, y lo miraba coser. Así es que es más rápido viejo Mario, contestó el papá de Gustavo, un tipo agradable que siempre tenía razones para tomar del pelo.

Mmm, pero entonces fue totalmente empírico al contrario de las universidades y demás lugares donde se forma para esa labor, interesante, y antes de esto usted a qué se dedicaba Gustavo.
Viejo Mario, yo cantaba en Orquestas, mi oficio era ser cantante, hasta que conocí a un amigo en valledupar que me sentaba en frente y le prestaba atención de cómo él cosía.
Gustavo es un tipo que irradia nobleza, cuenta muy galantemente sus historias que siempre van acompañadas de su culto que le rinde a Dios, más de diez años vivió en Venezuela, y él dice que Caracas es una gran ciudad,  y que se ve el dinero al contrario de Bucaramanga.
Cuál es la diferencia a la gente de Bucaramanga con la de Caracas.
A mí me da mucha rabia porque la gente en Bucaramanga no valora el trabajo viejo Mario, viven pidiéndome descuento que disque en cuanto les dejo las vainas, pero yo ya me acostumbré, no me da rabia mejor guardo silencio.

Gustavo es una persona que se ve muy calmada, y suele llamar hermano a la gente cristiana que él dice conocer de inmediato, pues por su trabajo de sastre conoce y se relaciona inmediatamente. Mientras Gustavo cose la camisa, me cuenta que la hace con inmediatés ya que debe entregársela a un cantante de música cristiana para su álbum, la camisa tiene un tono chévere ya que será portada del álbum discográfico y una de sus camisas será exhibida en la carátula y me dice que le conviene ser fotografiada ya que así le haré publicidad. No hay que negar que Gustavo tiene dotes de ser un gran sastre. 














domingo, 12 de febrero de 2012

TRABAJAR PARA PODER ESTUDIAR

La difícil situación económica, y cierto sentido de independencia, me han llevado a ser durante ya más de dos años y medio a desenvolverme como auxiliar administrativo de la Universidad Industrial de Santander, empezando como ayudante de Cocina en los comedores de Bienestar Universitario.



Corría mi afán por buscar cierta independencia económica ya que los conflictos emocionales por el afán de graduarme me asediaban. Comenzar a buscar una auxiliatura administrativa no era tarea fácil, entonces decidí ir a hablar con el vicerrector administrativo. La idea inicial que tuve fue hablar con el Rector, pero su asistente me indicó que en el caso de las auxiliaturas el encargado era el Vicerrector administrativo. Asistí a su oficina y su secretaria me dijo que para poder hablar con él debía tener una cita, y así sucedió, cuatro días pasaron desde la última vez para poder hablar con el Ingeniero Sergio Isnardo, no lo conocía, pero al menos así decía en su inscripción que se encontraba contigua a la puerta de su oficina.

Llegó la fecha pactada con la secretaria del Vicerrector Administrativo. Le dije:

-vengo porque pacté una cita previa con él.

Ella, la secretaria, lo llamó y percibí que le había preguntado sobre si tenía algún otro asunto pendiente. Pero ella colgó y sin ningún reparo me dijo que siguiera, cuando ingresé encontré una gran oficina, amoblada y con un olor bastante agradable. Me senté en la silla que se encontraba en frente del gran escritorio en la que se encontraba el Vicerrector. No se por qué, pero inmediatamente a mi mente llegó la imagen del caricaturista Vladdo, ya que esa imagen ilustra al ex embajador de Colombia ante los Estados Unidos pequeño y minúsculo frente a un grande presidente Nortemamericano.
Estando en frente de él, le dije que el motivo por el que me encontraba allí, era porque quería pedirle el favor de que si me podía asignar una auxiliatura administrativa, lo primero que me preguntó fue qué cual era la carrera que estudiaba. Le dije que Lic. En Español y Literatura, el me preguntó que si sabía cómo se llamaba el director de escuela. Yo le dije que Rafael Barragan, el ingeniero Sergio Isnardo me dijo que no, que ahora era Carmen Celina Uribe. Mi rostro combio de colores, pues yo le había dicho que ya había ido a hablar a la dirección de la escuela de Idiomas. El caso fue que después de haberlo expuesto la necesidad que tenía por tener el trabajo en la Universidad, me envió para que fuera y hablara con el Director de ese lugar llamado Bienestar Universitario, que no me preocupara  que le dijera que iba de parte de él.

Así fue, ese mismo día me desplacé a la dirección de Bienestar Universitario, llegué muy amable a preguntarle a la secretaria por el Médico Isnardo, ella muy despótica me respondió que no se encontraba, y le dije que si era posible de saber a qué hora lo podría encontrar, me respondió.

-Joven, no entendió que no está.

Inmediatamente me hizo sentir mal, pero decidí esperarlo un rato en unas sillas contiguas a la oficina, pero el tiempo pasó y por mi cuenta lo abordé y le expuse que venía de parte del Vicerrector académico por el tema de una auxiliatura, él me dijo que claro, e inmediatamente me dijo que iniciaba a trabajar en el nuevo proyecto llamado Combo Saludable, yo antes había trabajado en otros lugares, pero como me desenvolví en el Combo Saludable, jamás había sucedido, pués fueron casi dos meses donde repuse ciento veinte horas trabajando solo y respondiendo por todo lo concerniente al Combo Saludable.

Avanzó ese último semestre y tanto la Ingeniera, directa responsable junto con el Doctor Isnardo, me dijo:

-Bueno, yo creo que usted ya pasó la prueba, y ahora lo asignaré a un cargo de oficina inmediatamente mi tranquilidad fue muy grande, pasé de estar en un cardo de labor operaria, como me lo expresó la nutricionista para la que laburé y lo que pasé a desempeñar. Actualmente me encuentro trabajando en una oficina muy cómoda con un cincuenta por ciento menos de carga laboral, y con la tranquilidad de que pude superar una gran prueba de responsabilidad.

domingo, 15 de enero de 2012

Wall Street en Girón Santander


Noemí, es una colombiana que reside en los Estados Unidos hace ya más de 50 años, y su pasión por ser corredora de bolsa la  ha vinculado a esta labor a tal punto de que lo ha llegado a perder este sea actualmente su trabajo.

Cuatro años atrás tuve la oportunidad de conocerla en el pasillo de un hospital ya que su madre se encontraba en delicado estado de salud, siendo ella la tía de la relación sentimental que sostenía con su sobrina, en ese tiempo la describían como la tía que venia de los Estados Unidos, y como nuevo integrante de la familia era mi deber estar ahí; en ese entonces cruzamos un par de frases, pues acompañaba a su sobrina que era mi pareja sentimental. Me causo curiosidad costumbres como la del uso constante del ho… en respuesta a algo que estaba aprendiendo.

Una tarde de septiembre del año pasado, estando en la casa de mis susegros, tuve la oportunidad de abordarla, ya que se encontraba en el comedor contiguo a la sala. Y le dije hola Mimi, esas acciones van al alza, pero yo no tenía ni la más remota idea de lo que estaba diciendo, y la idea de preguntarle se me ocurrió por las películas Holivudenses; lo que menos esperé es que esta frase sirvió como puerta abierta para iniciar una interesante conversación, su portátil mac book de última generación, me causó gran impresión, ya que es una mujer con avanzada edad, pero sus cuidados y cirugías no lo demuestran, le dije que si era muy costoso, ella dijo que alrededor de unos 2500 dólares,  porque allá en los Estados Unidos hay que pagar por algunos software preinstalados, entonces allá es mas costoso que acá, y me respondió que no tenía conocimiento de cuanto costaba acá, haciéndolo en un tono de menos precio.

Entonces giré mi mirada hacia la pantalla de su PC, y vi como si estuviese una tabla de Excel  con números que ubicaba y desubicaba constantemente, le dije que si era muy difícil desempeñarse en esta labor, y me respondió -son los años quienes te hacen aprender- entonces deben ser muchos, repliqué, no realmente desde 1975, entonces me surgió la duda de preguntarle, ¿Cuándo no existía el pc, cómo hacía para invertir en sus acciones? estaba constantemente pendiente del teléfono, me respondió en un tono pasible, y… Llamaba a cada instante, yo, no dejaba de observar la pantalla del ordenador, entonces le pregunté, esos números de allá y los nombres de abajo, ella no dejaba de mirar su computador moviendo los números, entonces me respondio, yo esto no se lo cuento a nadie, pero se lo voy a contar porque se que usted nunca va a entrar en este negocio, yo lo que hago es buscar empresas pares, que estén al alza y a la baja les llamo macho y hembra, si tengo una acción que está muy a la baja la vendo, y ubico otra que tenga a la baja, y cuando hay una que compré en 300 dólares y está al alza de una manera constante, inmediatamente la vendo por ejemplo esta, y me mostró una de una empresa de petróleos, mire, esta la voy a vender, la compré en 200 dólares, y está valorizada en 500 dólares, gané 300, pero tuve que vender otra acción en un valor menor al comprado, entonces la ganancia fue de unos 200 dólares, -ahí fue cuando recordé las críticas de sus hermanos antes a esta conversación,- un hermano mayor de Noemí me contaba alguna vez que eso era un vicio, que no conducía a nada.

Yo sólo miraba su rostro y la pantalla de computador, notaba que había una gran cantidad de dólares invertidos, hice simples cuentas y había unos 800 mil dólares en su programa, la mujer de los experimentos y que siempre quiere ganar en todo, su sobrina la odia, porque ella es una mujer que en todo quiere encontrar ganancias, y siempre quiere sacarle jugo a su dinero, pero lo que no entiendo es cómo hizo para declararse en banca rota ante el estado norteamericano, y poseer varios dólares en sus arcas además de comer en los comedores para ancianos. Y pues a sus 75 años de edad, con casi un millón de dólares como patrimonio, y no darse el nivel de vida que merece. 



sábado, 14 de enero de 2012

TRAVESÍA EN BICICLETA A LA UIS






Dos golpes estruendosos en la puerta de metal de mi cuarto me despertaron presuroso como de costumbre a las siete de la mañana para que me animara y dirigiera a la Universidad, pues como dice mi madre, el que madruga Dios lo ayuda.

Bucaramanga la quinta ciudad de Colombia, adolece de espacios propicios para reducir el impacto ambiental mi cuarto oscuro con la persiana cerrada, el fuerte ruido del radio encendido contiguo a mi cuarto, y la voz de un locutor que no modula su voz, hacen que el trance entre pasar a que el cuerpo este activo sea muy rápido. Me levanté algo presto como de costumbre, corrí la aldaba de mi cuarto y ahí estaba mi madre como de costumbre en cada mano esperándome con sus dos manos ocupadas y los vasos de aluminio que contenían el jugo de naranja y el menjurje que prepara la tía toña como de cariño la llamo. Siempre mi madre tiene la costumbre de hacer que me tome y más si la noche anterior la pasé frente del computador hasta casi las dos de la mañana, ¡despertar, despertar! tragedia interior que me dividen en dos: cuerpo y paciencia.

Me ubiqué en frente del rincón donde de costumbre se encuentra mi cepillo de dientes, allí tomé la pasta dental y como de costumbre realicé mis labores de higiene, preparé los huevos revueltos con pan y tomé mi bicicleta y partí del frente de mi casa rumbo a la Universidad Industrial de Santander, mientras salía a bordo de mi bicicleta y pedaleaba, me encontré con un carro que se me atravesó estando a tan solo dos cuadras de mi casa, pasándose una señal de pare, le grité cuidado, respondiéndome su madre, no paré y continué con más rapidez el pedaleo porque el semáforo estaba a punto de cambiar, y no sé por qué cuando uno conduce por las carreteras aprende a medir el tiempo de cambio de los semáforos.

Más adelante siendo las 7 y 45 de la mañana, tomo la carrera 27, en donde se encuentra aquel concesionario que exhibe automóviles últimos modelo, y me llevan a pensar que muy pronto poseere uno de esos, pero a la vez pienso en lo bien que me ha sentado montar bicicleta y las rutinas que tengo, siendo el factor salud como mi prioridad y motivo del porque ando en ella, mientras el sonido de mi pedalear se confunde con el ruido de la hora pico, encontré a la misma pareja de estudiantes de Colegio que espera su transporte preocupados,  y no es casualidad, pero se ve en sus rostros esa premura por llegar a sus lugares de destino, pero son un carro y una moto los que me sorprenden por el nivel de impacto de su choque, en frente de un concesionario de motos. Volteo a mirar a mi derecha y encuentro el centro cultural con su fachada descuidada; mi pedaleo tiene mucha prisa y sólo logro ver las paradas de Metrolínea con abundante personas y el hospital público que no cambia y su fachada se mantiene intacta desde que tengo uso de razón y lo conozco.

Mi sudor es abundante tomo agua del termo que siempre me acompaña, la prisa me hace sentir a la expectativa de qué sucederá este semestre, un primer día de clase, y la música que escucho por los auriculares de mi celular, no hacen que todo sea más diferente que el reggaetón que abunda por todos lados, junto con los programas de noticias imparciales, porque lo más seguro que tendré al otro día, será la misma rutina con el mismo escenario.