Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda

domingo, 12 de febrero de 2012

TRABAJAR PARA PODER ESTUDIAR

La difícil situación económica, y cierto sentido de independencia, me han llevado a ser durante ya más de dos años y medio a desenvolverme como auxiliar administrativo de la Universidad Industrial de Santander, empezando como ayudante de Cocina en los comedores de Bienestar Universitario.



Corría mi afán por buscar cierta independencia económica ya que los conflictos emocionales por el afán de graduarme me asediaban. Comenzar a buscar una auxiliatura administrativa no era tarea fácil, entonces decidí ir a hablar con el vicerrector administrativo. La idea inicial que tuve fue hablar con el Rector, pero su asistente me indicó que en el caso de las auxiliaturas el encargado era el Vicerrector administrativo. Asistí a su oficina y su secretaria me dijo que para poder hablar con él debía tener una cita, y así sucedió, cuatro días pasaron desde la última vez para poder hablar con el Ingeniero Sergio Isnardo, no lo conocía, pero al menos así decía en su inscripción que se encontraba contigua a la puerta de su oficina.

Llegó la fecha pactada con la secretaria del Vicerrector Administrativo. Le dije:

-vengo porque pacté una cita previa con él.

Ella, la secretaria, lo llamó y percibí que le había preguntado sobre si tenía algún otro asunto pendiente. Pero ella colgó y sin ningún reparo me dijo que siguiera, cuando ingresé encontré una gran oficina, amoblada y con un olor bastante agradable. Me senté en la silla que se encontraba en frente del gran escritorio en la que se encontraba el Vicerrector. No se por qué, pero inmediatamente a mi mente llegó la imagen del caricaturista Vladdo, ya que esa imagen ilustra al ex embajador de Colombia ante los Estados Unidos pequeño y minúsculo frente a un grande presidente Nortemamericano.
Estando en frente de él, le dije que el motivo por el que me encontraba allí, era porque quería pedirle el favor de que si me podía asignar una auxiliatura administrativa, lo primero que me preguntó fue qué cual era la carrera que estudiaba. Le dije que Lic. En Español y Literatura, el me preguntó que si sabía cómo se llamaba el director de escuela. Yo le dije que Rafael Barragan, el ingeniero Sergio Isnardo me dijo que no, que ahora era Carmen Celina Uribe. Mi rostro combio de colores, pues yo le había dicho que ya había ido a hablar a la dirección de la escuela de Idiomas. El caso fue que después de haberlo expuesto la necesidad que tenía por tener el trabajo en la Universidad, me envió para que fuera y hablara con el Director de ese lugar llamado Bienestar Universitario, que no me preocupara  que le dijera que iba de parte de él.

Así fue, ese mismo día me desplacé a la dirección de Bienestar Universitario, llegué muy amable a preguntarle a la secretaria por el Médico Isnardo, ella muy despótica me respondió que no se encontraba, y le dije que si era posible de saber a qué hora lo podría encontrar, me respondió.

-Joven, no entendió que no está.

Inmediatamente me hizo sentir mal, pero decidí esperarlo un rato en unas sillas contiguas a la oficina, pero el tiempo pasó y por mi cuenta lo abordé y le expuse que venía de parte del Vicerrector académico por el tema de una auxiliatura, él me dijo que claro, e inmediatamente me dijo que iniciaba a trabajar en el nuevo proyecto llamado Combo Saludable, yo antes había trabajado en otros lugares, pero como me desenvolví en el Combo Saludable, jamás había sucedido, pués fueron casi dos meses donde repuse ciento veinte horas trabajando solo y respondiendo por todo lo concerniente al Combo Saludable.

Avanzó ese último semestre y tanto la Ingeniera, directa responsable junto con el Doctor Isnardo, me dijo:

-Bueno, yo creo que usted ya pasó la prueba, y ahora lo asignaré a un cargo de oficina inmediatamente mi tranquilidad fue muy grande, pasé de estar en un cardo de labor operaria, como me lo expresó la nutricionista para la que laburé y lo que pasé a desempeñar. Actualmente me encuentro trabajando en una oficina muy cómoda con un cincuenta por ciento menos de carga laboral, y con la tranquilidad de que pude superar una gran prueba de responsabilidad.

2 comentarios:

  1. La crónica tiene un tono muy bajo, puede decirse que el lector se pierde en la lectura, en el caso de "él medijo, yo le dije y luego el volvió a decirme", parafraseando los primeros párrafos. Además se nota una gran rapidez al elaborar el escrito, pues es evidente las palabras mal escritas en todo el texto, siendo muy reiterativo al final, "laburé, cardo, etc.". Existen varios problemas de redacción, uno de ellos es la repetición de términos o ideas en el mismo párrafo.
    La crónica debe manejar una linealidad de tiempo, aparentemente no se notó muy claro las instancias que marcaron el desarrollo.
    Por otro lado utiliza lenguaje pertinente, formal y con facilidad para cualquier tipo de lector, manejar una crónica encaminada a su propia labor es difícil y en este caso se desenvuelve bien, sin enaltecer al personaje principal de la crónica.

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  2. la crónica tiene una trama y un tema interesante, aunque la trama o la linea del texto puede modificarse para enganchar un poco más al lector; por otra parte cabe resaltar que hay algunos errores de redacción y ortpgráficos.

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