Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda

miércoles, 16 de febrero de 2011

EDUCACIÓN ENCAMINADA, INSPIRADO EN FERNANDO SAVATER


La educación, está orientada a la formación del alma y a la siembra respetuosa de los valores morales como patrióticos; considerada de más alto rango que la instrucción, la que da a conocer destrezas, técnicas o teorías científicas. Pero llegar a separar educación de instrucción es una situación compleja, casi  puede considerarse imposible, porque no se puede llegar a educar sin instruir ni viceversa, un interrogante que nace es ¿cómo puede instruirse a alguien en el conocimiento superior sin inculcar el respeto y los valores?, Es claro que no existe una separación  entre educación en instrucción.

La enseñanza tiene capacidades que se abren y se cierran. Las capacidades cerradas son rigurosamente funcionales, como caminar, vestirse y otras más complejas como leer y escribir. Estas capacidades se pueden ir perfeccionando con la práctica y el tiempo. La característica de esta capacidad es su sentido de utilidad por lo imprescindible que resultan para el diario vivir.
Las capacidades abiertas a diferencia de la anterior son de un dominio gradual e infinito, algunas son elementales y universales, como hablar y razonar,  otras optativas como escribir poesía o componer música. Su característica, también a diferencia de la anterior es que nunca puede ser dominada de forma perfecta, su pleno dominio jamás se alcanza. Cada individuo va desarrollando su conocimiento sin que nunca pueda decirse que pueda ir más allá.
La situación que están atravesando las familias por las exigencias y demandas de los tiempos en que vivimos, hacen que se dejen proveer a los hijos de esa socialización primaria, dejando a la escuela una doble función, la de formar conocimientos y a la vez hábitos y valores.
Ante esta situación el maestro, tiene que responder a tales requerimientos y asumir el “valor de educar”, en un ambiente democrático, estimulando la libertad responsable.
Y más arriba del maestro, las autoridades en educación deben llevar la educación a todos, haciéndola universal y velar más por el que hacer para enseñar que por cubrir los contenidos de un currículo.
En lo personal, me parecen muy interesantes los puntos estudiados y considero que deben ser temas de discusión con directivos y maestros, para puntualizar en las líneas que deben guiar la educación en nuestro país.
En las capacidades cerradas, una vez que se adquiere un dominio, la persona pierde interés en sí misma, aunque siguen teniendo sentido utilitario. Por el contrario las capacidades abiertas se van haciendo más sugestivas e inciertas a medida que se progresa.
El éxito de las capacidades cerradas es ejercerlas olvidando que las sabemos, mientras que las capacidades abiertas implican ser más consciente de lo que aún nos queda por saber.
La propia habilidad de aprender es una capacidad abierta, aprender es una actividad permanente del alumno y nunca de aceptación pasiva de los conocimientos ya deglutidos por el maestro, sino que el conocimiento debe estar sujeto a la evolución siendo lo más importante de la enseñanza, enseñar a aprender.
En la actualidad se exige una educación abierta, tal como lo dice Juan Carlos Tudesco: “La capacidad de abstracción, la creatividad, la capacidad de pensar de forma sistemática y de comprender problemas complejos, la capacidad de asociarse, de negociar, de concertar y de emprender proyectos colectivos son capacidades que pueden ejercerse en la vida política, en la vida cultural y en la vida en general. (...), lo cual implica que la educación deberá incorporar de forma sistemática la tarea de formación de la personalidad.


La escuela debe reforzar la autonomía personal, el conocimiento veraz, el coraje. La escuela compite con las antiescuelas, es con relación a la distinción, identidad y autoestima, tales como los medios audiovisuales, las pandillas, movimientos políticos violentos o simplemente el modelo de aquellos que pertenecen a los grupos indiferentes. Estos modelos que compiten diariamente con la escuela traen consigo lamentables consecuencias para la humanidad.

Cada vez que se hace mención a las grandes inquietudes de nuestro tiempo el racismo, la intolerancia, la violencia, el abuso de drogas, etc. Se llega a una conclusión: son cuestiones que deben afrontarse desde la escuela y esto es lo que llama la atención del texto ya que hace al maestro actor de los problemas por los  que atraviesa su estudiante. Pero también es cierto que en casi todos los países se habla de crisis de la educación y se suceden sin una coordinación los planes de estudio, el desconcierto de los maestros, las protestas de los estudiantes, las quejas de los padres, los debates entre partidarios de la enseñanza pública y la enseñanza privada. Parece oportuno hacer un alto y plantear las cuestiones esenciales:
¿Qué es la educación?, ¿Qué ha sido y qué puede llegar a ser?, ¿Qué esperamos de ella?, ¿Consiste en la mera transmisión de conocimientos o debe formar para la ciudadanía democrática? Estas cuestiones invitan a los maestros a reflexionar a hacer parte activa del ente educativo no un simple instrumento.

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