Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda

lunes, 22 de noviembre de 2010

MI AVIÓN DE PAPEL


Luego de aquella clase en donde el profesor decide dejarnos la divertida labor de diseñar un avión de papel, salí muy pensativo del aula de clase, cuando llegué a ella tomé la decisión de que para encontrar resistencia en mi avión lo iba a hacer en cartón paja, material muy usado por los arquitectos para presentar sus diseños a escala; luego el hecho de buscar en la internet un diseño interesante pero que ninguno robó mi atención, así que me base en un avión que estaba en la caja del cereal de la casa, el cual estaba era pintado pero nunca mostraba las especificaciones de cómo hacer un avión de papel, así que me dije manos a la obra, así fue aquella tarde sábado en casa de mi novia, al comienzo a la familia de ella les causo mucha gracia que tuviese que hacerlo, hasta no me creían pero así fue; inicie pensando la manera de que quedara lo más similar posible al dibujo que se encontraba en la caja de cereal, hasta que se me vino la idea de hacer lo que alguna vez tuve en mi infancia y fue aquel avión de icopor que volaba mucho y me encantaba constantemente estarlo elevando, porque parecía real y es uno de mis deseos, de poder volar en avión; así que ese fue mi referente para mi avión de cartón paja, con silicona derritiéndose a base de calor comencé a pegar pieza por pieza la cual iba dibujando borrando y recortando; así fue mi proceso de aquella tarde hasta que después de cuatro dos horas iniciando a las cuatro y terminando a eso de las seis de la tarde, luego inicié la labor de la pintura hasta que estuvo listo mi avión, cuando lo intentaba volar a veces lo hacía bien y otras se iba de lado. Pero estaba contento porque volaba a una altura bastante importante, hasta tal punto de que casi rompo un vaso en casa de mi novia. Así transcurrió la semana hasta que llegó aquel jueves para ir a sobrevolarlo me acosté a dormir con gran expectativa, hice mi rutina diaria previa para partir hacia la universidad y fue cuando iba en inmediaciones a la Universidad que recordé el haber dejado mi avión, el cual me había costado mucho elaborar y no haberlo llevado; eso me enfureció, pero luego me calmé le di las explicaciones pertinentes al profesor el entendió, y le dije si podía retornar a traerlo y él me dijo que no, ya no alcanzaba, que mejor fuéramos allá, así pasó, nos trasladamos a la cancha de softbol de la Universidad, allí un amigo llevaba dos aviones y me presto uno, con mucha resistencia lo hizo, y aquel avión de papel volaba demasiado, era de los que más llegaba lejos y de los que mejor volaba, era increíble, a una distancia considerable, hasta casi gano un apuesta que hice con ellos. Así transcurrieron las dos primeras horas de esa mañana, en donde pensé que no iba a revivir un momento de infancia y terminé haciéndolo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario